Herramientas para el manejo sustentable de la producción bajo cubierta

• Autores: Dell'Arciprete Giglio, Luciana Agostina; Puig, María Lucrecia; Martínez, Susana Beatriz; Garbi, Mariana; Puig, María Lucrecia
• Año de publicación: 2025
• Idioma: español castellano
• Tipo de recurso: parte de libro
• Materia: Ciencias Agrarias; sustentabilidad; agroecosistemas; rotaciones; cultivos de cobertura; promoción de espacios
• Institución: Universidad Nacional de La Plata

A lo largo de la historia, la actividad agrícola ha introducido cambios en el ambiente y las interacciones entre sus componentes (Cisternas & Rodriguez, 2021). El Cinturón Hortícola Platense (CHP) ha crecido en productividad e importancia gracias a diferentes razones, una de ellas la implementación de la tecnología del invernáculo. La producción bajo cubierta se inició en los años ‘80, observándose una mayor expansión entre los años 2001 y 2002. Actualmente se estima que la superficie de invernáculos es de 4000 hectáreas, siendo una variable de diferenciación a nivel regional y nacional (García, 2016; German et al., 2019). La producción hortícola bajo cubierta posee una serie de ventajas que inciden directamente sobre la rentabilidad: aumento de los rendimientos en relación a los obtenidos a campo; adelanto (precocidad) o atraso (tardicia) de la cosecha, lo que permite obtener productos fuera de época; posibilidad de realizar más cultivos al año en la misma superficie; producción de mayor calidad (limpieza, sanidad, uniformidad); mayor eficiencia en el uso del agua de la mano del riego localizado; entre otras (Adlercreutz et al., 2014). Sin embargo, aunque optimiza las condiciones ambientales para el desarrollo y crecimiento de los cultivos, llevada a cabo de manera irresponsable genera problemas que se asocian luego a disminuciones del rendimiento. Entre ellos se pueden señalar la degradación edáfica como consecuencia de la intensidad de las labranzas y de la falta de rotación entre las especies cultivadas; la elevada aplicación de abonos orgánicos y fertilizantes sin considerar la riqueza y potencialidad productiva del suelo; los desequilibrios en las poblaciones de insectos y microorganismos que derivan en la irrupción de plagas secundarias, resistencia a fitosanitarios, entre otros (Alconada Magliano, 2011; Carbelo et al., 2018; Cuellas & Alconada Magliano, 2018). Es por ello que la forma en la cual se procura obtener mayor productividad y calidad es cada vez más discutida por sus consecuencias en la sustentabilidad de la actividad y en el ambiente en general. En este aspecto, si bien se introducen modificaciones alentadoras, el criterio de producción no se ha modificado esencialmente y se continúa con la creencia de que las disminuciones de rendimiento de los cultivos pueden revertirse con el uso de más insumos, en tipo y cantidad (Calandrelli & Falcón, 2018; Alconada Magliano, 2021). Por lo tanto, con el objetivo de contribuir a la sustentabilidad de los agroecosistemas, y pensando en el desarrollo sostenible, será imprescindible tener en cuenta el uso de estrategias de gestión basadas en conocimientos y de métodos que dependan primariamente de insumos renovables (FAO, 2012; Renzi, 2013). Al momento de pensar en estrategias que favorezcan la sustentabilidad de los agroecosistemas, se pueden considerar diferentes prácticas: rotaciones, cultivos de cobertura y promoción de espacios que actúen como hábitat para la fauna silvestre y los insectos benéficos (Altieri, 1999). Dichas estrategias se presentan en este capítulo.
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales