Acidez del suelo : Origen, diagnóstico, consecuencias y tratamiento

Autores
Vázquez, Mabel Elena; Millán, Guillermo José; Vázquez, Mabel Elena
Año de publicación
2017
Idioma
español castellano
Tipo de recurso
parte de libro
Estado
versión publicada
Descripción
La acidez es provocada por la presencia de protones, los cuales tienen diversos orígenes en el suelo. La hidrólisis del dióxido de carbono proveniente de la respiración de los microorganismos, la hidrólisis de cationes metálicos y de los grupos ácidos de la materia orgánica, de los grupos oxhidrilos de las láminas de aluminosilicatos y de los fertilizantes, son algunos ejemplos. El proceso de lixiviación de bases está presente en todas aquellas situaciones con drenaje positivo, aunque de acuerdo al ambiente tendrá diferente magnitud. Su movimiento se debe a la presencia de aniones que formando pares iónicos con las mencionadas bases, son arrastrados a lo largo del perfil en la solución edáfica. Este proceso es relevante en ambientes tropicales. En áreas templadas la exportación de bases a través de las cosechas y la fertilización nitrogenada son las principales causas de la acidificación. En suelos de regiones altamente industrializadas la acidificación puede ocurrir debido a la denominada lluvia ácida. Entre las consecuencias de la acidez puede mencionarse su impacto negativo en la disponibilidad y balance de nutrientes básicos (calcio, magnesio, potasio), la alteración de la dinámica de otros nutrientes (nitrógeno, fósforo, molibdeno), el aumento de los niveles de elementos fitotóxicos, principalmente compuestos activos de aluminio, la alteración de la composición y actividad microbiana y hasta de las condiciones físicas de los suelos. Todo ello redunda en mermas en la implantación, la perdurabilidad y el rendimiento de las pasturas, particularmente a base de leguminosas, la disminución de su calidad forrajera y la disminución del rendimiento de cultivos de cosecha anual, como la soja, entre otros. Para el diagnóstico de la problemática pueden utilizarse las medidas de pH actual y potencial, la saturación básica general y de cada base en particular, así como la concentración absoluta de las bases intercambiables y sus relaciones. En ambientes tropicales suele calcularse la saturación de aluminio debido a la frecuencia de su toxicidad. La problemática se trata mediante productos correctores o enmiendas, generalmente de minería. Los más utilizados han sido la cal viva o apagada, minerales como la calcita y la dolomita, algunos residuos industriales, entre otros. Estos productos que contienen calcio y/o magnesio en diferentes proporciones han dado origen a la práctica denominada vulgarmente encalado. La dosis de corrector a aplicar puede estimarse a través de curvas de titulación, el empleo de soluciones reguladoras, o el cálculo teórico de acuerdo a la saturación existente y la que se pretende obtener. Todos los métodos deben calibrase a campo. Su aplicación produce mejoras nutricionales, y un incremento en el pH del suelo, neutralizando los iones hidrógeno y disminuyendo la solubilidad del aluminio. En Argentina la Norma IRAM 22451 regula estos productos. Otro corrector que suele utilizarse es el yeso. Si bien se trata de una sal neutra y no modifica el pH, tiene la ventaja de aportar calcio y azufre, 2 nutrientes altamente exigidos por las leguminosas, especies sensibles a la acidez. Paralelamente, es una fuente más soluble que los carbonatos y en suelos con toxicidad de aluminio, los sulfatos de su disolución inducen la lixiviación del aluminio por la formación de pares iónicos. La eficiencia química de un corrector se define como el porcentaje del producto que reacciona en forma inmediata, siendo dependiente de la pureza del material y el tamaño de partículas. Las enmiendas suelen aplicarse al voleo y en cualquier época del año. En general se anticipan algunos meses a los cultivos de mayor sensibilidad, incorporándolos al suelo para permitir su solubilización, debido a su escaza solubilidad y movimiento en el perfil. Existen antecedentes de acidificación de cultivos perennes en la banda de fertilización, por lo que es posible aplicarlos también en la banda. Es recomendable hacer las aplicaciones cuando el suelo está húmedo para facilitar la reacción de disolución. No es conveniente combinarlos con fertilizantes nitrogenados pues se puede provocar la pérdida de amoníaco gaseoso, ni con fosforados debido a la probabilidad de precipitación de este elemento. En especies perennes plantadas a varios metros entre sí, se pueden hacer pozos y mezclar el producto con el suelo antes de la plantación. La periodicidad de la aplicación de los correctores va desde frecuencias anuales, en situaciones de elevada acidez y cultivos sensibles, a encalados cada 2-4 años, en situaciones menos limitantes. La periodicidad depende de su residualidad en cada sistema suelo-planta.
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales
Materia
Ciencias Agrarias
Suelo
Acidez
Argentina
Nivel de accesibilidad
acceso abierto
Condiciones de uso
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
Repositorio
SEDICI (UNLP)
Institución
Universidad Nacional de La Plata
OAI Identificador
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En áreas templadas la exportación de bases a través de las cosechas y la fertilización nitrogenada son las principales causas de la acidificación. En suelos de regiones altamente industrializadas la acidificación puede ocurrir debido a la denominada lluvia ácida. Entre las consecuencias de la acidez puede mencionarse su impacto negativo en la disponibilidad y balance de nutrientes básicos (calcio, magnesio, potasio), la alteración de la dinámica de otros nutrientes (nitrógeno, fósforo, molibdeno), el aumento de los niveles de elementos fitotóxicos, principalmente compuestos activos de aluminio, la alteración de la composición y actividad microbiana y hasta de las condiciones físicas de los suelos. Todo ello redunda en mermas en la implantación, la perdurabilidad y el rendimiento de las pasturas, particularmente a base de leguminosas, la disminución de su calidad forrajera y la disminución del rendimiento de cultivos de cosecha anual, como la soja, entre otros. Para el diagnóstico de la problemática pueden utilizarse las medidas de pH actual y potencial, la saturación básica general y de cada base en particular, así como la concentración absoluta de las bases intercambiables y sus relaciones. En ambientes tropicales suele calcularse la saturación de aluminio debido a la frecuencia de su toxicidad. La problemática se trata mediante productos correctores o enmiendas, generalmente de minería. Los más utilizados han sido la cal viva o apagada, minerales como la calcita y la dolomita, algunos residuos industriales, entre otros. Estos productos que contienen calcio y/o magnesio en diferentes proporciones han dado origen a la práctica denominada vulgarmente encalado. La dosis de corrector a aplicar puede estimarse a través de curvas de titulación, el empleo de soluciones reguladoras, o el cálculo teórico de acuerdo a la saturación existente y la que se pretende obtener. Todos los métodos deben calibrase a campo. Su aplicación produce mejoras nutricionales, y un incremento en el pH del suelo, neutralizando los iones hidrógeno y disminuyendo la solubilidad del aluminio. En Argentina la Norma IRAM 22451 regula estos productos. Otro corrector que suele utilizarse es el yeso. Si bien se trata de una sal neutra y no modifica el pH, tiene la ventaja de aportar calcio y azufre, 2 nutrientes altamente exigidos por las leguminosas, especies sensibles a la acidez. Paralelamente, es una fuente más soluble que los carbonatos y en suelos con toxicidad de aluminio, los sulfatos de su disolución inducen la lixiviación del aluminio por la formación de pares iónicos. La eficiencia química de un corrector se define como el porcentaje del producto que reacciona en forma inmediata, siendo dependiente de la pureza del material y el tamaño de partículas. Las enmiendas suelen aplicarse al voleo y en cualquier época del año. En general se anticipan algunos meses a los cultivos de mayor sensibilidad, incorporándolos al suelo para permitir su solubilización, debido a su escaza solubilidad y movimiento en el perfil. Existen antecedentes de acidificación de cultivos perennes en la banda de fertilización, por lo que es posible aplicarlos también en la banda. Es recomendable hacer las aplicaciones cuando el suelo está húmedo para facilitar la reacción de disolución. No es conveniente combinarlos con fertilizantes nitrogenados pues se puede provocar la pérdida de amoníaco gaseoso, ni con fosforados debido a la probabilidad de precipitación de este elemento. En especies perennes plantadas a varios metros entre sí, se pueden hacer pozos y mezclar el producto con el suelo antes de la plantación. La periodicidad de la aplicación de los correctores va desde frecuencias anuales, en situaciones de elevada acidez y cultivos sensibles, a encalados cada 2-4 años, en situaciones menos limitantes. 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