Las inversiones energéticas en el nuevo escenario de Argentina

• Autores: Gutawski, Roberto Samuel; Fernández, Marisa Inés; Posluszny, Mariano José
• Año de publicación: 2018
• Idioma: español castellano
• Tipo de recurso: documento de conferencia
• Materia: Competitividad; Generación de energía; Energía distribuida; Competitiveness; Energy generation; Distributed generation
• Institución: Universidad Nacional de Misiones

Fil: Gutawski, Roberto Samuel. Universidad Nacional de Misiones. Facultad de Ingeniería; Argentina.
Fil: Fernández, Marisa Inés. Universidad Nacional de Misiones. Facultad de Ingeniería; Argentina.
Fil: Posluszny, Mariano José. Universidad Nacional de Misiones. Facultad de Ingeniería; Argentina.
El principal objetivo de este trabajo es establecer el grado de competitividad ante la generación de la propia energía a pequeña escala, frente a políticas fijadas y el estado actual del marco económico del país. Para ello, se utilizaron el método de la observación y especialmente el análisis comparativo para tratar este complejo tema. Hasta el 2015 Argentina contaba con 12 años de congelamiento tarifario en electricidad, produciendo 40% de petróleo y 28% de gas menos que en 2003. En Buenos Aires se duplicaron los cortes de electricidad y aumentaron casi 6 veces la duración de los mismos que pasó de 6 hs. a 33 hs. en el periodo 2003-2014. Ese congelamiento, implicó un incremento especialmente en el consumo domiciliario, e inclusive en algunos casos significó un derroche del recurso. Los valores exiguos abonados por la energía consumida restaron motivación a los usuarios para realizar inversiones para producir su propia energía, por medio de fuentes renovables. Actualmente el incremento de los valores por kilowatt consumidos en algunos distritos supera el 400% de la tarifa abonada en diciembre de 2015, la cual se encontraba subsidiada por el gobierno nacional. Este aumento genera dificultades para muchos usuarios para afrontar los pagos de las facturaciones, hoy con subsidios en su mínima expresión. Por una parte, en función de los nuevos cuadros tarifarios, pareciera justificar la necesidad de inversiones para generar la propia energía a ser consumida. Por otro lado, la depreciación de la moneda argentina frente a otras monedas, impacta y merece ser considerada para evaluar si se justifican las inversiones en equipamiento, en su mayoría a ser importados – particularmente los paneles fotovoltaicos. La Ley de Generación Distribuida, se presenta como una herramienta para mitigar el problema energético y dar respuesta a los compromisos internacionales asumidos en el marco del Cambio Climático.
The main objective of this work is to establish the competitiveness of generating one’s own energy on a small scale with reference to fixed policies and the present situation of the country’s economy. The observation method and, in particular, the comparative analysis method are employed to deal with such a complex issue. Until 2015, there had been a freezing of the electricity tariffs for twelve years in Argentina, which produced 40% of oil and 28% of gas less than in 2003. In Buenos Aires, power cuts doubled in that period and their lengths increased six-fold, from six to thirty-three hours. Specially, that freezing of tariffs resulted in an increase in domiciliary consumption. Furthermore, in some cases, it meant a waste of resources. Low prices discouraged consumers for investing in generating their own energy by means of renewable resources, such as the sun and the wind. Nowadays, the rise in price of energy consumed in some districts exceeds 400% the tariff paid in December 2015. This is so, because the tariff was subsidized by the national government. The payment of the electricity bills causes considerable difficulties for consumers as subsidies have been drastically reduced. On the one hand, the increase in tariff encourages consumers to invest in the generation of their own energy. On the other hand, Argentine devaluation currency has a negative impact on investments in technological equipment which must be mostly imported from abroad, such as photovoltaic panels. Fortunately, the new Distributed Generation Law seems to be an instrument to mitigate the energy crisis and to act in accordance with the compromises made in the framework of Climate Change.